De vocaciones y consecuencias

 Buenos días un sábado mas a todos. Esta semana he de reconocer que ha sido algo rara, entre festivos, descansos y tal se me ha pasado volando y mira tu por donde estamos a sábado, hoy regulo y mañana me voy de vacaciones. Tranquilos, es sólo una semanita que me he juntado entre días pendientes, compensatorios y descansos, pero me va a venir de lujo. 

Como decía, esta semana se me ha pasado volando, pero me ha dado tiempo a meditar sobre una cosa, el teleoperador, ¿Nace o se hace? así pues hoy vamos a hablar 

De vocaciones y sus consecuencias
O como joderte la vida por una decisión.

La respuesta a la pregunta de si el teleoperador nace o se hace es bien fácil. Ninguno nos levantamos una mañana cuando chicos diciéndoles a nuestros padres, "De mayor quiero ser teleoperador y aguantar clientes todos los días"... no nos engañemos, todos queríamos ser médicos, bomberos, futbolistas,.. en mi caso reconozco que quería ser piloto, crecí viendo a Tom Cruise pilotar un F-14 "Tomcat" en invertido mientras le hacia la "señal del pajarito" a un piloto de MIG y de postre se merendaba a esa rubia tan buenorra y mientras paseaba en moto y jugaba al vóley en la playa... yo quería ser el Top Gun español... pero ya veis, lo único en común que he logrado es estar 8 horas al día con unos auriculares y un micro puesto...

Ningunos elegimos esta profesión por vocación. En mi caso fue un cliente del negocio que tenia antes que me dijo: "tío, aquí no se esta mal, cobras todos los meses y no es mal trabajo"... claro que omitió algunos detalles como los horarios, los amables clientes, los cordis apretando con los datos... Pero he de reconocer que en realidad le agradezco el trabajo. 

En este trabajo hay de todo, gente que esta de paso, los ves a distancia, solo están aquí por llenar el rato mientras sale algo "de lo suyo". Gente que ha acabado aquí por necesidad, es un trabajo y pagan, y gente que aunque no pensaban acabar aquí se han dado cuenta que no es mal sitio. 

He hablado muchas veces de la parte mala que tiene este trabajo, horarios de mierda, clientes cuanto menos "poco educados" por no decir algo peor, sueldos reguleros, comisiones "fantasmas" (si, las llamo así, las vas acumulando en tu cabeza, contando céntimo a céntimo y relamiéndote pensando en que las cobras, pero después en tu nomina no aparecen) pero como ya digo, eso ya lo he hablado, al menos la mayoría.  Pero este trabajo tiene otra parte, y para mi, si bien no compensa según que cosas ayuda y mucho. 

Primero y lo más obvio, los compañeros. En su gran mayoría te encuentras con montones de personas que te comprenden, saben lo que has pasado con solo verte la cara y te entienden. Nada como una cerveza después del turno con los cuatro o cinco de la raspa para olvidar el día y llegar con una sonrisa a casa.. aunque lo mismo las cervezas también ayudan.  De hecho lo que peor llevo ahora con la pandemia es hacer el mismo trabajo sólo en mi casa, sin compañeros a los que mirar con el mute puesto y decirles: "ya me ha entrado el primer tonto del día". Pero bueno, este punto ya lo trate una vez y creo que es bastante obvio. 

En segundo lugar, algo que me gusta de mi trabajo es el tratar con gente de distintos lugares y formas de pensar. Quitando a los que se ganan el "billete a la charca en primera" que los voy a omitir, me he encontrado con clientes fantásticos y educados, algunos de ellos hasta te da pena dejar de hablar con ellos, sobre todo por que sabes que el siguiente será otro marrón, pero también por que te hacen pasar la llamada rápida. Se que no son los más abundantes, pero cuando te toca uno lo sabes y al menos yo, me esfuerzo más por ayudarlo. Bajo mi punto de vista son los que hacen que el día se salve.  Aun recuerdo un señor de Badajoz, apurado por que le habían facturado mal algo, el hombre me contaba que estaba en paro, que no le llegaba para pagar el importe que le venia y que quería antes de devolver la factura tratar de arreglarlo. Me conto su historia y da para una peli de antena 3 de fin de semana, el caso es que me cogería con las defensas bajas que le creí, además tenía razón en su queja, aun recuerdo la alegría que note en voz cuando le dije que le iba a devolver los cincuenta y algo de euros que le habíamos cobrado de mas. El hombre, que era pintor, se ofreció a pintarme hasta el piso en agradecimiento. Se que no es como si operase a vida o muerte a un niño y le salvas la vida, pero dentro de lo que nos toca me gusta pensar que es el equivalente, y esos momentos para mí te dan un respiro. 

Pero sobre todo, lo que más me gusta de este trabajo es la desconexión. Si, cuando llega tu hora de "picar billete" cuelgas los cascos, apagas el ordenador y hay se queda todo, ya no hay trabajo, salvo para contar batallitas. Todos los problemas del curro se quedan en el curro. Tal vez muchos no aprecies esto, pero yo he sido autónomo, y creedme eso son 24 horas de trabajo si o si. 

Así pues, no estoy salvando el mundo a los mandos de un F14, pero hago algo digno y que, por muy denostado que este a los ojos de "la gente" no estría de mas que de una vez se enterasen de que somos algo más que la teleoperadora que te llama para venderte una nueva linea de teléfono, que detrás de los cascos hay personas que trabajan para ayudar a los demás en lo que se les permite y que para nada estamos intentando siempre ir contra ellos.

Bueno, ¿y vosotros, por que seguís aquí? espero que me contestéis y saber si me pierdo alguna motivación más. Seguro que también tenemos historias buenas que contar y no solo de clientes "especiales".  os espero. 


José, el teleoperador

Comentarios

  1. Venía de un trabajo con un buen sueldo, pero sufrí mobbing. Al día siguiente de cogerme baja por un ataque de ansiedad, me despidieron. 20 días después hice la entrevista (con una pastilla de lorazepan), y terminé de teleoperadora. Mi psiquiatra estaba preocupada, pero le dije que tenía claro que el problema es del cliente, no mío. Salí de la ansiedad y el sentimiento de ser "inútil" cogiendo llamadas. A parte de las lloreras por "calidad" (que me hundían mucho entonces); las valoraciones positivas del periodo de pruebas de supervisión, el apoyo de las compis, y las gracias que me daban algunos clientes (que me hicieron llorar pero de emoción), me ayudaron mucho. Iba a ser un trabajo de paso... ya llevo 3 años y va a costar que lo deje porque ahora valoro más el ambiente que el dinero.

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    1. Espero que todo eso malo haya pasado ya y sea parte de la historia. Pero es cierto que, llamadas malas a parte, siempre hay alguna que te hace pensar que ayudas a la gente y haces de este mundo un lugar "un poco mejor"

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    2. La llamada que más recuerdo con cariño es de una cliente que yo era la séptima teleoperadora que la atendía y encontré el error. Era en mis primeros 3 meses. La mujer me empezó a dedicarme elogios. Me alegré mucho de haberle resuelto el problema. Y lo del mal trago, a los 10 meses me dieron el alta médica cuando lo normal es año y medio. Éste trabajo me ha hecho más fuerte, aunque todavía hay algunas inseguridades contra las que lucho, pero siempre adelante

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